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El sensor CTG-02 se utiliza para monitorear continuamente concentraciones peligrosas de monóxido de carbono, gas natural y propano butano en el aire. Cuando se detecta una concentración peligrosa, el dispositivo activa una alarma óptica y audible y muestra el nivel de concentración y el tipo de gas detectado en la pantalla LCD. Se alimenta de red eléctrica (fuente de alimentación incluida) pero además dispone de alimentación de emergencia por batería, por lo que funcionará incluso tras un corte de suministro eléctrico en la instalación. Está equipado con sensores semiconductores y electroquímicos avanzados y un sistema de autodiagnóstico que señala daños en el sensor.
Cumple con el último estándar para sensores de monóxido de carbono: PN-EN50291-1:2018.
Cada detector de monóxido de carbono fabricado por ZAMEL se prueba en un laboratorio especializado cámara de prueba y recibe un certificado de correcto funcionamiento (detección de concentración de monóxido de carbono al nivel de 300 ppm en menos de 3 minutos).